
Penitente culpable, así me defino un segundo en la entelequia, como haciendo un diagnostico sin nostico, una vida sin vida y una rutina sin tina de baño. Esta es la manera en la que sigo en la rueda, sin televisión ni radio, como si de inteligencia me hubieran ubicado, como si perteneciera a algún movimiento revolucionario; ¿seré responsable de alguna muerte solo por haber reconocido? De encapuchado voy en el camino en esta noche oscura, sin que fuera otra noche, por que ya fue de noche y esta es una noche distinta,… entonces me pregunto si esta también es vendida y así llego al paradero eterno de la idea, manchado de sangre en mis manos me tambaleo y el giro me escupe la mente, mientras sigo en este asiento escribiendo, asiento penitente y culpable, culpable de pensar y penitente de rodillas,… todo estará bien y cada vez mejor por que esta será otra noche y ya me habré ido, sin pensar en que aun soy culpa y penitencia de seguir temblando.